Delirium Tremens

Aquel tarde el cielo era de color violeta.
Los autos pasaban a gran velocidad a través de mi cuerpo
Como vergas flotantes penetrando mil veces la misma vagina usada de una pinche puta experimentada.
A mil millas por hora.
Me mirabas con desprecio.
Como si nunca hubiera sido el amor de tu vida.
Como si solo hubiera sido un borracho embarrado de mierda en aquella banqueta.
Con el culo abierto de tanto cagar.
Levanté la botella en tu honor y le escupí en la cara a tu recuerdo.
Mientras te hacía el amor imaginariamente.
Mientras te penetraba como un cavernícola, como un maldito burro en celo.
y llenaba tu imaginario útero de magma hirviente.
Pudiera haberte pedido que te cagaras en mí.
Para chapotear en aquella hermosa mierda.
Y llevarme en la piel una parte de tu escencia.
Pero no lo hice por que no soy un pinche excusado.
Porque no puedes cagarte en mi asi nada más.
Por eso...
Seguí haciendote el amor por horas.
Mordía suavemente tus pezones imaginarios.
Mientras llenaba de caricias incendiarias tu clítoris de cereza.
Y dormía contigo a la luz de la luna.
Tu sin embargo me mirabas y te excitabas cada ves más.
Fingiendo indiferencia.
Metías poco a poco aquella mano traviesa entre tus pequeños muslos.
Tocando aquella araña peluda tan escurridiza.
Metías los dedos entre los dientes de aquel animal.
Mientras acariciabas tus entrañas palpitantes y húmedas.
Mirandome fijamente, fingiendo indiferencia.
Repentinamente, cual depredador hambriento,te abalanzaste sobre mi miembro palpitante
Hacias con el todo lo que querías. Lo mordías, lo jalabas, lo comías, bebías de él lo introducías por todos tus orificios...
Acabaste exhausta y dormiste a mi lado.
Yo mientras tanto me empinaba una botella de aguardiente, y me rascaba los testículos con una mano, sobándote el culo con la otra.
La ebriedad iba aumentando más y más,hasta llegar al punto en que vomité en tu cara.
No podía pararme, apenas y podía hablar.
Le mentaba la madre al mundo mentalmente.
Y mi interior gritaba.
¡¡¡¡Jódanse todos, hijos de puta!!!!!!!!
¡¡¡Vayan y forniquen con su puta y libertina madre!!!
Por fin pude pararme y te llevé a casa cargando a cuestas.
De regreso sentí el aire frío y a la vez cálido de la demencia.
Todo este aire atravesaba de polo a polo mi cabeza.
y cuarteaba mi craneo.
De pronto paré en una tienda de color verde a comprar mas alcohol.
Tomé y tomé, exhausto, hasta que no pude más.
La ebriedad había regresado.
¡Hija de puta, te extrañé, hija de tu pendeja madre!
Grité a los cuatro vientos, mientras me tambaleaba sosteniendome de un poste.
De pronto ¡Madres! me caí, en medio de un charco de sangre escarlata.
Mi esfínter falló y me cagué en el pantalón.
Inesperadamente, se me paró la verga y un perro con cara de mujer bonita empezo a lamérmela.
De pronto me excité de tal forma que me vine en la cara de aquel extraño ser.
Y éste, enojado y avergonzado, me arranco la verga pedazo a pedazo, a mordiscos.
Eché a correr desesperado y sin verga, dando vueltas y vueltas.
Cruzé la avenida, y sentí un golpe que me obscureció la vista.
Sentí como la mierda salía por todas partes disparada, mezclada con sangre y sesos.
Embarrando el pinche pavimento.
No supe que me pasó.
Al parecer un camión a exceso de velocidad me atropelló.
Y me hizo mierda
Creo que en ese camión ibas tú...